Una empresa intentó conectar su CMMS con su programa RCM de tal manera que no solo fuera cargar la estrategia RCM de la aplicación RCM al CMMS sino con el objetivo de tener una integración más organizada del día a día de estos dos procesos.
Sin embargo, se toparon con algunas dificultades. Por un lado, el CMMS que está basado en una base de datos relacional codifica la mayor cantidad de información posible en su intento por estandarizar los conceptos de mantenimiento. El RCM (el proceso JA1011), por otro lado, no se ocupa de la codificación o la estandarización textual sino que se centra totalmente en la comprensión del comportamiento de falla y sus consecuencias.
El problema es más evidente al considerar los Efectos del RCM. Los efectos (Pregunta 4 del RCM) es un espacio de texto libre creado por el personal durante la reunión de revisión RCM. Por lo tanto no se presta fácilmente para la codificación (aunque varios software RCM lo intentan). Los consultores de CMMS intentan incluir el RCM en sus mapas de procesos pero tienden a ignorar “los efectos” o inclusive a considerarlos de menor importancia. El resultado de eso es que los técnicos e ingenieros se enfrentan con los tradicionales menús desplegables de frases cortas que se supone representan la base de conocimiento RCM.
Dado que los efectos en forma de texto libre no se acomodan fácilmente a los menús desplegables, estos tienden a ser abstractos y a menudo son difíciles de ajustar a las situaciones representadas por las órdenes de trabajo. Como resultado, las selecciones son aplicadas de manera inconsecuente a las órdenes de trabajo por los planeadores y técnicos. La selección predeterminada y bien conocida “otros” es entonces mencionada con frecuencia. Desde luego el análisis de confiabilidad se convierte en una herramienta difícil e inconclusa.
¿Cómo podemos mejorar esta situación?
Comenzamos por identificar algunas conexiones fundamentales pero faltantes que caracterizan a la mayoría de las implementaciones de CMMS. Los conceptos RCM son básicos y simples pero rara vez intuitivos. Es muy improbable que los diseñadores y ejecutores de los CMMS hayan sido entrenados en RCM o practicado este. Esta es la primera desconexión. Tienden a pasar por alto la pregunta 4 ya que no se ajusta a la interfaz o filosofía del software. De esta manera se convierte en un proceso “RCM relacionado” aunque solo de nombre. De hecho, estamos de vuelta a la misma cultura antigua de los códigos de falla de los últimos cincuenta años.
Los profesionales del RCM, en particular aquellos de la “escuela de Moubray”, no han sido entrenados en análisis de confiabilidad. Esta es la segunda desconexión.
Estas desconexiones, en términos generales, conforman tres silos que han evolucionado en mantenimiento y confiabilidad. Cada uno tiene sus respectivos autores y consultores especializados:
- Los expertos en CMMS, quienes tienden a centrarse en los beneficios de la planeación y la programación, TPM, lean, etc.
- Los expertos en RCM, quienes enseñan los principios y asisten en la implementación del RCM “inicial”
- Los expertos en análisis de confiabilidad, quienes se centran en los software basados en los análisis Weibull y las simulaciones Monte Carlo.
Desde luego que la unificación de los tres es precisamente el punto de RCM Viviente (LRCM). La resistencia de dicha integración proviene de años de separación de estos tres caminos. Afortunadamente, la falta de los textos libres por parte de los expertos de CMMS y la repulsión de los profesionales del RCM hacia los análisis de confiabilidad ya se están disminuyendo en algunas organizaciones de mantenimiento vanguardistas.
© 2011, Oscar Hoyos Vásquez. All rights reserved.
- Los componentes del mejoramiento continuo (78.6%)
- Impedimentos del CMMS para los Análisis de Confiabilidad (78.6%)
- ¿El nivel de detalle? (21.4%)
- Terminología en LRCM (21.4%)
- RCM vs RA (21.4%)